Desde muy joven, integrado a la Fundación Hastinapura, tuve el privilegio de haber tenido a la maestra Ada Albrecht como guía. Al igual que los sabios espirituales y universales, ella nos enseñó las verdades más altas, la sabiduría y la realización de los hombres, en el camino del amor a través de la acción. El camino del Yoga llegó de manera natural, proveniente de la fuente de India. Aprendimos sus enseñanzas y la importancia de compartirlas con todos los hombres para que pudieran vivir mejor y emprender su «camino de integración y unión».
He asumido tareas que aún mantengo, como Director de la Escuela de Flores en Argentina, a cargo del Área de Yoga de Hastinapura, y también en la Dirección Internacional. Me ha tocado enseñar en las Escuelas, formar profesores de yoga y llevar grupos a la Tierra sagrada de India.
Me apasiona colaborar para que despertemos y luchemos por un mundo mejor, no el que nos quieren vender a través de medios incorrectos o poco claros, sino con herramientas eternas como el yoga y la meditación. Mi objetivo es colaborar en la formación de seres de claridad y amor, comprometidos en hacer este camino posible.
Pranayama es una herramienta invaluable y maravillosa.